viernes, 22 de mayo de 2009

Ejemplo


A continuación un claro ejemplo de lo que NO se debe hacer para los finales, jajaja, hagan las cosas con tiempo...

Un día normal…

-Pero apúrese, idiota, que no tengo todo el tiempo del mundo. Yo sí tengo cosas importantes qué hacer.- Dice una voz del otro lado del audífono, mientras Andrea se contiene y continúa buscando información en el ordenador. Sólo se limita a responder, en el idioma de la persona –inglés-

- Comprendo su molestia, le comento que en estos momentos posee $1,000.00 de disponible. ¿Algo más en que le pueda ayudar?- La llamada se corta sin una respuesta.

Rápidamente, en el programa que le permite recibir llamadas, se posiciona en “baño” e inminentemente se muestra un reloj con cuenta regresiva de cinco minutos. Mientras se dirige hacia el tocador, observa su alrededor, lleno de personas, todas haciendo lo mismo. Algunos con cara de desesperación, tristeza, enojo y no digamos “estress”. El ambiente se siente pesado, sólo le surgía el sentimiento de salir corriendo de allí y obviamente no era la única.

Ya en el baño se lavó la cara para despejarse, teniendo en mente que el tiempo estaba contando y pronto se terminarían sus cinco minutos, se observó en el espejo y unas palabras le vinieron a la mente: “Te he reservado el monopolio en materia de servidumbre.” Mientras se dirigía hacia su lugar, las palabras continúaban dando vueltas por todo su ser, estaba harta.

Tantas charlas “motivacionales” y de “liderazgo” que recibió en su tiempo de preparación, siempre con temas de ganancias, éxito y no digamos “servicio al cliente”. Poniendo de color rosa que si se esforzaban lo suficiente llegarían a ser grandes dentro de la empresa. ¿A cambio de qué? De no tener descansos como el resto, escuchar una y otra vez personas extranjeras gritándole, ordenando hacer esto, lo otro, sin realmente hacer algo más por su vida, por ejemplo: vivir. Ya que el horario que la mayoría tenía impuesto, incluyéndola a ella, no le permitía continuar con sus estudios, salir los fines de semana con su familia o tener los días de asueto libres.

Se les hablaba de la promesa de ganar más dinero, claro. ¿A quién no le vendría mal dinero extra? Pero sin tiempo para gastarlo. Resultaba ya algo ilógico el hecho de tener que trabajar más, con mayor probabilidad de morir vinculado a una enfermedad producto del estrés, pero con menos tiempo libre.

Esto se asemeja a lo que Marx llamaba “sistema proteccionista”, donde todo este tipo de capacitaciones para ser mejores, sentirse a gusto con el estar ganando cada vez más dinero, es realmente “un medio para fabricar fabricantes, expropiar trabajadores independientes, capitalizar medios de producción y de subsistencia nacionales.” Irse apropiando de las mentes de los trabajadores y meterlos en su pantalla de perfección, enfocados a “servir”.

“En la política, lo real es lo que no se ve.”

José Martí

Iniciamos con Teodoro Roosevelt, cuando añade a la doctrina Monroe, que es responsabilidad del gobierno norteamericano ser el “policía del caribe”. Generándose un cambio político e ideológico donde se sustituyó el uso de balas, por billetes de dólar, buscando por medio del endeudamiento obligatorio incluir de uno en uno a los países latinoamericanos a su terrible destino. Fue comprando burguesías y burocracias, fue sometiendo a todos incluyendo las futuras generaciones.

Tomamos, entonces, a través del libro la “Fábula del tiburón y las sardinas”, el comprender la situación que pasaba el autor Juan José Arévalo durante su exilio y el entorno que lo llevó a desarrollar esta reflexión. Una reflexión de amargas experiencias sobre las relaciones que se dan entre Estados Unidos y Centroamérica. Relaciones que se desarrollan hasta nuestros días de una u otra manera…

Durante la época de Arévalo, el gobierno de Estados Unidos siempre buscó consolidar su poderío mediante una penetración pacífica, de integración económica y de coordinación de las fuerzas políticas y militares dentro de un sistema “panamericano”. Se expresó una ideología muy interesante, la de “buena vecindad” y “defensa hemisférica”, forjando así, los cimientos de la penetración pacífica mediante acuerdos del gobierno norteamericano con los latinoamericanos. Acuerdos que realmente eran sentencias de muerte hacia los países latinoamericanos involucrando a varias generaciones.

La Segunda Guerra Mundial vino a dar un gran empuje para acometer todo lo deseado por Estados Unidos, ya que con la excusa de unión para la destrucción de los “movimientos nacionalistas”, como enemigo principal la URSS, Estados Unidos se convirtió en la gran potencia del mundo capitalista.

Pero aunque Estados Unidos tuvera de su lado matemáticos, técnicos, economistas, politicólogos, sociólogos, gerentes, políticos y militares, para poder ir implementando la ideología del capital, Arévalo logró “desenmascarar” la dura realidad de lo que sucedía. Y me atrevo a decir, lo que aún sucede.

Con la característica de ser realista, dispuesto a negociar, pero incapaz de vender su integridad, sus ideas o su país. Nos hace, aún en nuestros días, tener un examen de conciencia e incita a poder ser partidario de sus convicciones personales, por medio de la historia de cada país.

Quiso aún, por medio del libro, y estando en el exilio, demostrar lo que ocurría. Ya que sabía que la competencia es fuerte, pero tenía aún la esperanza de poder tener seguidores que se levantasen. Tenía el conocimiento de que al comentar e interpretar la siginficación de lo que sucedía a su alrededor ayudaría al menos a generar una conciencia al resto que continúan sumergidos dentro ese encanto imperialista.

La visión del futuro…

Ya tenía la visión de a qué futuro se estaría metiendo cada país latinoamericano al momento de someterse a los “préstamos atados”, donativos, inversiones privadas, ayuda técnica, convenios militares, mundo “anticomunista”, todo ello era una “política anticomunista”, lograron hacerles creer que eran “países en desarrollo”, sólo querían manos de obra barata... es el año 2009 y seguimos en vías de desarrollo…

Esa ideología desarrollista logró infiltrarse en la mente de cada “sardina”, les abrió esperanzas, pero realmente era un juego.

Expone el cómo se dio apoyo a los regímenes militares y civiles, y gracias a la integración de ciertos monopolios norteamericanos, los gobiernos que estaban realmente incrementando el desarrollo en sus países y se “resistían” fueron derrocados. Fueron tachados de comunistas, cuando realmente estaban ayudando a su país. Y por el surgimiento del temor, cuando se había jurado defender al país, no se cumplió con este deber.

No hablemos de la cultura, formando todo un estilo de vida y lucha. Apareciendo la industria de la radio, el cine, la prensa. Metieron el pensamiento de la inferioridad cultural nata. Donde el nacionalismo latinoamericano se volvió “típico” y torpe. Generaron el empobrecimiento de masas, las volvieron mano de obra barata y se hizo la ilusión de la necesidad del endeudamiento externo.

Nuestra bella ingenuidad

Antes de que todo se planeara para poder llegar a lo que son –Estados Unidos- en estos días, tenemos el fatal error de la ingenuidad. Culpamos de todo lo sucedido a ese país, pero realmente también nos hace ver que nuestro peor error fue el de la ingenuidad. Y continúa siéndolo, gracias a una teoría un tanto escalofriante. Si… la de la “apropiación”. Arévalo nos despierta y por medio de su fábula, despierta al lector. Usualmente se tiene la noción de que que debemos estar contra éste sistema, pero no sabemos realmente porqué. ¿Cómo sucede esto?

Con cualquier tipo de rebeldía que surge, que amenaza al capitalismo, en lugar de realmente atacar con armas a dichos rebelces, se ataca con dinero. La “represión” que se impone hace surgir una resistencia, y lo que le queda al sistema: asimilarlo. Tomar sus símbolos, adueñarse de ellos y eliminar el contenido “revolucionario”. Luego lo pone en venta y listo, un producto más. Se convierte en parte de la regla y no de la excepción. La tolerancia ante estos movimientos se convierte en una virtud. Es otra manera de percibir lo que Arévalo nos desea explicar por medio de su fábula.

Cómo lo mencioné con anterioridad, con un riguroso análisis de la historia, logra encontrar lo mojado, que no detecta el resto de las sardinas y desea explicárselo, transmitirlo al resto de las generaciones para que tengan presente lo que hacen con su destino.

¿Desarrollo vrs. Libertad?

¿Qué ambas no van de la mano? Realmente sería un enfoque distino el que se da por medio de este ensayo, que desea profundizar lo que Arévalo deseaba transmitir por medio de su fábula.

Todos estos proyectos que involucran “desarrollo sostenible” que prometen una vida mejor, plena, equitativa, pluricultural, multicultural y lo demás que termine en “al” -por ejemplo “genial”-. Está en nuestra vida cotidiana, influye en nuestra manera de hablar y el concepto proviende de teorías. Está ya en nuestro subconsciente, tan impuesto que ¿Cómo sabemos si realmente existe? ¿Cómo no ver que realmente nos están guiando con proyectos que les traen beneficio propio?

Desde hace varios años se habla de este desarrollo y aún no lo percibo en nuestros días. Se dan avances, hay que reconocerlo, pero estos avances ¿Le será esto funcional para Estados Unidos? País que por excelencia sabe que aquí encuentra mano de obra barata y que no otras cosas más.

Nos pone en una bandeja la imagen de una civilización, donde se impone orden y contención a nuestra conciencia, donde todos tendrán mejores oportunidades para poder enriquecerse y vivir una vida plena. Ofrece una seguridad vrs. la espontaneidad y ante ello buscamos una actitud de respuesta positiva ante nuestras acciones. Nos va fabricando una pequeña olla de presión, con sus proyectos y ayudas, para poder “comportarnos” de acuerdo a la sociedad, pero poco a poco esa presión se va ir acumulando… Arévalo fue quién logro salir de esa olla y con sus pensamientos anunció nuestro porvenir.

Una elección…

“Nunca olvidaré la película de Matrix, es una película excepcional, ya que muestra de una manera lo que realmente suele pasar dentro la sociedad. Especialmente la escena donde Neo tiene que elegir entre dos píldoras. Una lo lleva a su casa, donde no recordará nada de lo que le acaba de suceder y de lo que le acaban de contar: Vive en una mentira, en un mundo holográfico, donde máquinas utilizan su energía para sobrevivir. Y la otra, lo metería a un mundo donde podría observar lo que realmente es y luchar contra esas máquinas que aborvían la energía de las personas.”

(Eso fue lo que les respondí a mis padres cuando me preguntaron con un suspiro ¿Por qué? No quise hacer complicada mi explicación, porque si me ponía con otro tipo de definiciones más largas… en fin.)

Se quedaran callados, observándome, no sé si fue como bicho raro o con admiración. Cuando les dije que luego de haber ido al baño del trabajo, regresé a mi lugar, apagué mi computadora y me salí. Si quería hacer algo con tanta charla que me dieron de “liderazgo” y “pasión por la vida, trabajo, etc.”, lo haría a mi manera. Me determinaría a poder por lo menos transmitir en palabras y más adelante en acciones a mostrar, al igual que Arévalo, el mundo real.

Bibliografía

Arevalo, Juan José. La Fábula del Tiburón y las Sardinas. FLACSO/ SOROS. Guatemala 2005

Bourdieu. Pierre. El oficio del sociólogo. Siglo Veintiuno editores.

González Casanova. Pablo. América Latina: Historia de Medio Siglo. Tex

[1] Arevalo, Juan José. La Fábula del Tiburón y las Sardinas. FLACSO/ SOROS. Guatemala 2005


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