miércoles, 17 de octubre de 2012

letra por letra...

Con frecuencia observo que los minutos que dejan de existir de tal manera que su conjunto le llaman pasado, fueron hace un par de letras atrás o hace tres lunas o bien primaveras. Y aquellos minutos no nacidos es ese puñado de nanosegundos de mil letras aún no escritas. Y el presente, es más difícil de describir, pues es tan sólo la última letra que voy plasmando, pero que a la vez conforme nace otra y otra se vuelve parte del pasado. Mientras una deja atrás a la otra, el presente sigue existiendo a medida que escribo, pero también puede existir a medida que alguien se queda leyendo letra por letra… letra por letra…

lunes, 8 de octubre de 2012

Los escritores apolíticos

Me inspiró bastante el poema de Otto René Castillo: Intelectuales apolíticos, pero cuestiono que aún existan intelectuales dignos en mi país, así que lo apliqué a los escritores. A esos de notas, de opinión, de blogs, de poemas, de tuits... 

Un día los escritores apolíticos de mi país no serán cuestionados por su brillante recorrido. Los hombres ya pobres del pueblo, les preguntarán sobre lo que escribieron cuando la patria necesitaba testigos de su muerte dolorosa y lenta, llena de sangre. Esperando notas, opiniones, crónicas e historias que elevaran al máximo la esencia de la existente impunidad.
No serán interrogados por el dinero que ganaron en certámenes, ni reconocimientos, mucho menos del color de sus máquinas de escribir. 
Ni de sus gustos por el buen vino por las noches, tampoco sobre sus estériles berrinches y problemas existenciales con la nada, ni de sus palabras rebuscadas.
No se les interrogará por los análisis literarios clásicos, ni sobre el asco que sintieron de sí.
Ese día vendrán los hombres sencillos a preguntarle a los hombres de letras de oro falso, si sirvieron de algo más que decoración para sus floreadas historias. Más que fondo de una calle imaginaria. Si fueron más que decoración de esos libros que los hicieron viajar, a los pomposos y rimbombantes escritores apolíticos.
Esos que tuvieron hombres y mujeres humildes para limpiarles el vómito después de las copas extra de vino de honor por sus letras falsas de oro. Esas letras suicidas y no narradoras de homicidios, los hombres y mujeres sencillas les preguntarán ¿Qué hiciste cuando los pobres sufrían, y los mataban?
Esos escritores bañados de oro entre ellos mismos, de mi país, no podrán decir nada. Pues la goma, que sentían desde sus hogares en una triste esquina suicida, los nublará.

sábado, 28 de julio de 2012

Biblioteca de los sueños

Con mi carné viejo y doblado entro a la biblioteca de los sueños. Luego de un minuto de silencio a los libros caídos en manos poco soñadoras, me dedico a observar desde el asiento estratégico a la ventana.
Sostengo un libro, el predilecto de esos días. No me puedo concentrar hay mucha bulla afuera y estoy entre esos párrafos que no ceden. Como los arduos manuscritos que sobrevivirían la masacre de Alejandría.
En las calles, autoridades reportan libros salvajes, atacando a transeúntes y pilotos por igual. Los muerden, les gritan y corretean por doquier. Hay tráfico en el puente de El incienso, una obscenidad.
Soy la otra, la que se esconde de todo ese caos. Sólo miro desde la ventana. De pronto se acerca una horda de libros, parecen orcos asesinos, con sed de humanos. Llevan una banca y rompen el vidrio de mi ventana. No me muevo mientras destruyen la biblioteca de los sueños.

SB

viernes, 29 de junio de 2012

¿Se han detenido a escuchar la respiración de los libros? ¿No?  Yo menos, me los como antes.

domingo, 13 de mayo de 2012

Letras

Esa noche fue horrible. El lado izquierdo de mi cara besaba el polvo del piso que estaba frío. La luz de mi habitación lograba colarse por la parte inferior de mi librera. Y aunque era difícil ver al fondo, forcé la vista y las encontré. Allí estaban todas las letras juntas en una esquina, hechas un molote. Sus ojitos reflejaban pánico y se subían unas en otras para que no las alcanzara. Se aferraban al fondo parecía como si las fuera a matar o comer. Tomé un lápiz para alcanzarlas mejor. Empecé a moverl0 lentamente, para que no les diera un infarto. Me mordía el labio de los nervios. Tenía que sacarlas de alguna manera. El tiempo corría y no tenían ningún plan para que salieran. Les hice ruidos como cuando una madre le habla extraño a su bebé. Pero no se quedaban quietas. No querían salir. Tenían miedo. Me empecé a desesperar. El lápiz cobró fuerza y se movió más rápido. Empecé a amenazarlas. Fruncí el seño. Tenían que salir de una u otra manera. Era molesto tener que hacer esto seguido. Me detuve y les grité. Se arrejuntaron más las idiotas, durante el grito y el susto que se pegaron empezaron a escalar unas sobre otras con más fuerza. Tanto que una resbaló y rodó cerca de mi mano. Me quedé quieta en lo que ella se levantaba y recobraba fuerza. La tomé entre mis dedos con fuerza. Estaba molesta. ¿Por qué huían? Sentía entre los dedos cómo trataba de zafarse. Empecé a hacer más presión contra su cuerpo. Era la letra H. Muda sólo abría la boca como si estuviera gritando, pero no salía ruido alguno. Sus ojos tenían lágrimas. Me dio tanta lástima que un nudo empezó a crecer en mi garganta. La odié. Presioné con más fuerza y cuando abrí la mano su cadáver yacía en la palma. Estaba aguada y estrujada. La tiré abajo del mueble junto a las otras para que vieran su destino. Cuando bajé para verlas, ya no había nada.


De la nada.

Y de la nada. De la infinita e inútil potencia nacimos, vivimos, crecimos, leímos el periódico, nos decepcionamos y cogimos. ¿Morimos?

domingo, 22 de abril de 2012

Cuando la noche cae

Cuando la noche cae, las letras surgen de espacios recónditos para cubrir los cuerpos desnudos, fríos.
Cuando la noche cae somos escritores de pasados que no fueron. Para modificar un presente... Que no existe...
Para atravesar con una pluma las hojas y fingir que es el corazón al que se quiere tocar con esas letras, despertarlo de un sueño.
Despertar a esa noche fría... A esa dura realidad y sonreirle a tu enemigo mientras brinda en tu mesa...
Relatar con tinta de lágrima lo que el alma del aire sabe y nadie más.
Un secreto contado en sonrisas y miradas... un secreto a voces que nadie se atreve a mencionar...
Un secreto que guarda el interior de cada letra. Entre los trazos hay suspiros para transformar un pasado que nunca fue.
Un pasado robado por un villano que se vistió de amigo y al que le dimos nuestra confianza.
Un pasado prisionero del tiempo, que habita entre sueños, que es el alma del viento. Que anhela salir pero se niega a chocar con el ahora.

Rodrigo del Alba y Samantha Blue

El lado oscuro

El lado oscuro del corazón. El que se aferra a la esperanza. Te pertenece.

viernes, 20 de abril de 2012

Gustos compartidos

Dejaste una marca en el contenido de mis gustos. Poco a poco se me olvida tu rostro. Es difuso. Pero esa atracción sensorial a los sentimientos son una desgracia. Me siguen con cada paso que doy. Tu forma de ser se fusionó con mis mañas. Dejaste una marca en mis significados, porque también son los tuyos. Tendría que renacer y olvidar junto a tí, quién soy. Fatal. Muy fatal. Quise huir a otra ciudad, a otro país, a otro mundo. Pero a donde quiera que vaya allí estarán, nuestros gustos compartidos.

sábado, 14 de abril de 2012

Besos a las seis

Toco tu boca. Toco tu boca mientras finges dormir. Se te nota, pero lo ignoro. Me distraigo entre tus imperfecciones. Las aprendo con mi tacto y las admiro con el corazón. Cada una te hace más a tí. Toco tu boca. La rozo con la respiración. Pretendo dormir y tu también. Sólo hay silencio y un leve, minúsculo roce de piel. Finjo dormir, pero por dentro, me muero por besarte. Quiero matar el misticismo y la idea de no aceptar que nos queremos. Nos deseamos, nos tememos. Besarnos sería dar un paso al futuro incierto, a lo que aún no sabemos descifrar. Hablo en plural, pero se que no es algo mutuo, no lo es al menos más allá de mi imaginación.
Toco tu boca con la mente, me alejo mientras finjo dormir. Sé que tu también finges. Te alejas. ¿Pensaremos igual? ¿Tememos a lo mismo?
Toco tu piel, no lo puedo aguantar. Mientras me abrazas y finges dormir recorres mi piel. Quieres besarme, lo sé, yo también. Paso mi mano por tu brazo. No abro los ojos. Pasas tus dedos, con tacto y ternura, por el cuello. Te mueves con táctica y terminas frente a mí. Tocas mi nariz con tu nariz. Bailan un rato. Un ritual exótico. Pretendemos dormir.
Toco tu boca, tu tocas la mía. Con tus labios.

domingo, 1 de abril de 2012

Mundos paralelos de satisfacción

Tengo la teoría de que las mujeres si no son madres, son capaces de edificar mundos paralelos de satisfacción.
En ningún momento es desacreditar lo que es ser madre. Pero al serlo, ese nuevo ser se transforma en satisfacción tangible. En orgullo palpable. Es algo acabable, con un final. Cuando no se da, la vida sigue con un ritmo de proyecto inacabado más prolongado y produce o más bien construye otro tipo de arte para terminar o alcanzar ese equivalente de necesidad de satisfacción.
Llegan a construir obras, como Jane Austen bajo su elección de no casarse, que perduran con el tiempo. A campos investigativos de otras disciplinas. Más que la de mamá.

martes, 28 de febrero de 2012

Original

Lo original se ha vuelto muy común, entre lo común queda nada. ¿Me cachas?
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