sábado, 8 de noviembre de 2008

El Estado Oligárquico

7. El Estado Oligárquico[1]

“El hecho de que todos los medios de producción estén monopolizados por el ladino o el extranjero no significa que todos los ladinos tengan la misma situación.”[2]

Se da inicio en esta sinopsis con la idea general de lo que representa un Estado Oligárquico; donde el gobierno está controlado por una partida que actúa según su propio interés sin tener en cuenta el bienestar del pueblo. Agustín Cueva desea complementar esta idea y acoplarla a la situación de América Latina…

En la mayoría de los países latinoamericanos, se da una fase, la cual se caracteriza por anárquica y de dispersión del poder político. Su máxima expresión superestructural, del proceso de implantación del capitalismo como modo de producción dominante en las entidades sociales latinoamericanas, viene a ser: El Estado Liberal-oligárquico.

Esto logra desarrollar una estructura social, aunque no homogénea pero con similitudes alrededor de todo el territorio latinoamericano, en la cual aquellos que, por encontrarse mejor situados jerárquicamente y tener la posibilidad de dedicarse a tareas intelectuales, son a la vez los favorecidos por un sistema que descansa en la explotación de una mayoría por una minoría que, a su vez se apoya en criterios de discriminación racial. Agregando que se da la necesidad de mantenerla, con apoyo de la dependencia de lo extranjero.[3]

La implantación de este tipo régimen a través del continente latinoamericano – critica Cueva – es más que una simple coincidencia, incluso se da de manera cronológica, aunque repercute de manera distinta en cada sociedad, por su pasado de desigualdad. Se va dando forma a un nuevo tipo de Estado, el cual se acomoda de acuerdo a las nuevas necesidades de la evolución económica y social de nuestros países. Es una reorganización del Estado, bajo la égida de la burguesía cafetalera. Se encuentra impuesto por el proceso de acumulación originaria del poder capitalista y se da a la tarea de suprimir, por la fuerza, los elementos de poder precapitalista. También se da la tarea de eliminar toda expresión, democrático-burgués, que levante una alternativa progresista de desarrollo capitalista. Todo esto apoya a que una nueva clase imponga sus objetivos e intereses, con un toque de conservadurismo.

La Iglesia, también los “antiguos señores” – describe el autor – se reincorporan a la estructura global de dominación, pero ahora como nuevos “polos” de poder.

En cuanto a la antigua triología dominadora de los “junkes”, la burguesía “compradora” y el capital monopólico, con la reestructuración nace una tendencia en donde se posiciona el capital monopólico, la burguesía intermediaria y los terratenientes feudales, donde los primeros ejercen dominio sobre el tercero, creando así una hegemonía permanente.[a]

Tarea del Estado Oligárquico

El Estado debe accionar integrando a la sociedad por medio de: regulación, producción y armonización de las relaciones.[4] Este caso, míseramente, no se da en latinoamérica. Está claro que en este caso es necesario que se demuestre de manera represiva, con el fin de mantener una alianza oligárquico-imperialista, eje fundamental del desarrollo reaccionario del capitalismo. Con la transformación oligárquica, se da a la instancia de realizar condiciones superestructurales necesarias para un desarrollo con:

v Forjamiento de un marco jurídico-político, que se adecúa a la realización de la acumulación originaria de capital. Erigiéndo una potencia autoritaria con el fin de vencer todo tipo de resistencia que los grupos afectados pudiesen ofrecer. – Se crean fuerzas públicas armadas en el campo para “controlar” la vagancia. Transformándo a los productores “liberados” en una fuerza de trabajo dispuesta para las haciendas, un punto clave para el inicio del motor capitalista.-

v Convertir al proletariado, aún “independientes” en un grupo social dependiente, incluirlos dentro el proceso de acumulación originaria.

v Regulación de los salarios/ jornadas de trabajo. Un factor esencial, de la acumulación originaria, que la burguesía creciente necesita.-Comprimiendo el salario y alargando las jornadas laborales mantienen al trabajador en un grado de dependencia y obtienen mayor plusvalía.-

v Asentamiento de las relaciones “estamentales”, por medio del racismo.

Tendencia hacia lo que no es nacional…

Con el tiempo se va dando una intervención no sólo Estatal, sino también extranjera. El capital imperialista combina su infraestructura técnica moderna con las modalidades más primarias de explotación de la fuerza de trabajo. Desde la Independencia se ha ido “importando”: sistemas educativos, libros traducidos, sistemas de organización social y administrativa, maneras de actuar, pensar y constituciones políticas, tratando de imitar modelos extranjeros. Y el Estado se encarga de fortalecer este tipo de desarrollo. Se encaja como un Estado que es palanca fundamental de la primera fase de acumulación capitalista.

Como conclusión, con el inicio de la fase de Estado Oligárquico, se continua en el camio de la crisis del desarrollo en América Latina. Su desarrollo se enfoca “hacia fuera”, donde se da exportación de productos primarios y la importación de productos manufacturados. Sobrevive una economía dominante, agrícola feudal con desequilibrio marcado de ingresos. Genera el mantener un retroceso industrial, tecnológico e institucional.[5] Ante esto plasma el Estado Oligárca impulsar, con sus medidas autoritarias, el desarrollo de no el bien común, sino más bien el deterioro y eliminación del mismo. Apoya en la “regulación” de salarios y horas de trabajo, convierte a los independientes en proletariado y forja un marco jurídico-político, todo esto con el fin de obtener y mantener un modo de producción capitalista, que se encarga de tomar en cuenta a una minoría y desplaza a la mayoría.


Bibliografía

Agustín Cueva, El desarrollo del capitalismo en América Latina, (9ª. Edición; Siglo Veintiuno Editores, 1985), VII

Carlos Guzmán Böckler, “El ladino, un ser ficticio”, Selección de textos, VI

César Agreda Godinez, Administración Pública de Guatemala, (2007), I

Gregorio Iriarte, Para comprender América Latina, (Editorial Verbo Divino, España, 1990)

Jean-Loup, Herbert,Las clases sociales en guatemala, Selección de textos, V, p. 80

Antes

Roberto Garvía, Conceptos fundamentales de la Sociología, (Alianza Editorial, Madrid, 2003)



[1] Agustín Cueva, El desarrollo del capitalismo en América Latina, (9ª. Edición; Siglo Veintiuno Editores, 1985), VII, p.127-143

[2] Jean-Loup, Herbert,Las clases sociales en guatemala, Selección de textos, V, p. 80

[3] Carlos Guzmán Böckler, “El ladino, un ser ficticio”, Selección de textos, VI, p. 83

[4] César Agreda Godinez, Administración Pública de Guatemala, (2007), I, p. 4

[5] Gregorio Iriarte, Para comprender América Latina, (Editorial Verbo Divino, España, 1990)



[a] La sustitución de clases dominantes que se da con la venida del desarrollo de la fase oligárquica.



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