jueves, 16 de abril de 2009

.... interesante...

"Los opuestos no se oponen... se suponen""

Un pincelazo....

Una pincelada de ciertas nociones...



Un paso más en el camino de la democratización


“En la democracia -como diría mi amigo-, lo importante es la posibilidad, de que quién quiera saber, tiene la posibilidad de saber.”


Y la ley de libre acceso a la información, después de 10 años de lucha, genera que los tres organismos del Estado rindan cuentas a la Nación y proporcionen esa posibilidad de saber. Siendo así un paso más en el camino de democratización en Guatemala. Ya que la democracia: “Es vista como una claridad, donde se exponen los problemas con su respectiva creación de medios para resolverlos.”

Tal como dice Emanuel Smith –Político estaunidese- “los males de la democracia, pueden curarse con más democracia” y es a partir del 21 de abril de 2009, en Guatemala, que se marcará el inicio para garantizar la transparencia o un paso más a la misma, la cual considero, es una avance en el camino de la democratización.

Debido que el camino hacia la democratización se ha ido construyendo sobre bases de antiguos régimes militares, se ha caído lastimosamente, tal como menciona Touraine, en la errónea noción de reducir la democracia a un simple procedimiento institucional, alejándo así a la verdadera democracia. Una verdadera… representatividad democrática donde se sepa manejar las demandas sociales, en una combinación de intereses materiales y morales.

Considero que en cierto punto dicha ley viene a dar arranque a una representatividad en el camino de la democratización, ya que tiene como objetivo garantizar a toda persona interesada el derecho a solicitar y a tener acceso a información pública en posesión de las autoridades y sujetos obligados.

Además, establece sanciones para funcionarios que comentan faltas administrativas en el cumplimiento de la ley, de acuerdo a la gravedad de las mismas.

La Ley de libre acceso a la informacion: una responsabilidad civil

Como bien lo indica este decreto, la Ley de Acceso a la Información es de orden público, de interés nacional y utilidad social. Al ser de suma importancia implica que para su ejercicio se necesita la participación ciudadana, activa y responsable, así como de la apertura de las autoridades y funcionarios públicos, hacia la rendición de cuentas. Lastimosamente no todo es color de rosa y para que la utilización y aprovechamiento de esta ley se lleve a cabo, además de comunicarla e implicarla dentro la educación. Se debe realizar un hábito, que vaya creando una costumbre hasta llegar a una cultura que implique la utlización de esa ley. Pero. ¿Cómo llegar a esto? Si cuando se hizo una convocatoria para poder mostrar la ley a representantes municipales y comunitarios, no todos se presentaron, por ya sea una u otra razón. Es trascendental que el hábito de civismo y compromiso con la sociedad, a la cual se representa, se fortalezca. Porque las leyes pueden existir, pero no se pueden desde un inicio conocer apropiadamente, para que se transmitan adecuadamente. Mucho menos hablar de una ejecución correcta.

Éste es uno de tantos elementos que deben ir de la mano con el lanzamiento de esta ley. Porque también está la preparación que se tenga para que los ciudadanos tengamos acceso rápido, sencillo y completo de la información.

“Ahora hay un compromiso de transparencia y de apertura que ayuda a terminar con siglos de oscurantismo, en los que el Estado se situaba por arriba… Esta ley demanda igualdad.”

Son las palabras del director de la Comisión de Libertad de Prensa RicardoTrotti, director de la Comisión de Libertad de Prensa, quien hace ver que con esta ley se estará poniendo fin a un oscurantismo dentro Guatemala y también se estará fortaleciendo la democracia.

Ahora bien, ya que el llamado “fin del oscurantismo” se estableció, es tiempo de que los Iluminados, que deben surgir dentro la sociedad civil, realicen la emprendedora tarea de utilizar este nuevo conocimiento para aplicarlo y no dejarlo sólo en una ley por escrito.

Una responsabilidad intelectual

Es aquí, entonces, donde entra el papel del intelectual y no sólo del intelectual, sino de los investigadores y los medios de comunicación, entre otros.

Que se desarrollen la vocación de de analizar positiva y útil la información que se facilite; es decir, el de pensar y usar la lógica para opinar sobre las opciones históricas que en una crisis como la actual le quedan a los miembros de una determinada sociedad. Dando así la tarea, al intelectual, de reflexión ante la incertidumbre. Esta ley la observo como una opción histórica para no sólo abrir cierta información gubernamental hacia la población, sino también generar una conexión con el pueblo para que se sienta más identificado y seguro, con lo que se esté realizando –si se usa de la manera apropiada-.

Aunque también queda la duda de que si este lanzamiento, no es más que propaganda para reactivar de nuevo la tan olvidada, y me atrevo a decir erradicada, confianza que se tiene del sistema gubernamental, en especial sus funcionarios -tal como Obama lo está implementando-.


Enrique Múgica Herzog (1932-?) Político español
Poitevin. René. Los intelectuales en una época de transición. Publicación mensual de FLACSO. No. 6. 2001. p. 72

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